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Foto del escritorJohn Hincapié, Psicólogo

El enamora-miento

Actualizado: 8 ene 2023

La primera fase del amor es imaginaria y fantasiosa, suena cruel nombrarlo así, pero el enamora-miento es una forma de mentirnos a nosotros mismos.

Foto de Chrysostomos Galathris


John Hincapié

Psicólogo y colaborador en Calma.


¿Es el amor un sentimiento conflictivo? ¿Es el amor un cuento de hadas? ¿Es el amor ambas cosas? Pero antes de hacernos estas preguntas ¿Realmente sabemos que es el amor? ¿Hay una verdad tipo receta donde se nos explique cómo debemos amar de verdad?


Hacernos estas preguntas puede ser muy útil ¿Y si nos atrevemos ha experimentar la maravillosa pero desafiante experiencia del amor? Hay ocasiones en que el amor puede ser una experiencia frustrante y decepcionante; el amor al principio es un encantamiento del que no queremos despertar, inventamos nuestro deseo en la otra persona para que esta, como un espejismo, satisfaga nuestras carencias, es como si nos enamoramos de la imagen proyectada en un espejo de aquellas cosas que nos faltan de si mismos para ser felices, entonces en realidad no nos enamoramos de la otra persona sino de lo que esta representa para nosotros, de lo que queremos que sea y no de lo que la persona verdaderamente es.


Pero llega un momento en que ese espejo se rompe y nos muestra nuestro lado más frágil representado en la otra persona y esa sensación nos produce terror, al romperse el encantamiento se rompe el enamora-miento; esa primera fase del amor que acabo de describir es imaginaria y fantasiosa, suena cruel nombrarlo así pero es el enamora-miento, es una forma de mentirnos a nosotros mismos y de auto-engañarnos para poder ser felices con esa mentira.


Entonces yo creo que el verdadero amor debe estar más allá de ese enamora-miento, más allá del miedo. Cuando se rompe el encanto de ese espejismo vemos la oscuridad de la otra persona, aparece la fragilidad del amor , el aburrimiento y la monotonía aparecen porque se desvanece la frescura del amor, ver a la otra persona como verdaderamente es más allá del deseo que inventamos para enamorarnos es la prueba de fuego del amor. Si somos capaces de superar esta prueba, entonces podríamos decir que hemos amado de verdad, pero esta experiencia tiene un costo que pocos somos capaces de asumir y es la renuncia a nuestro narcisismo, a nuestro ego, se necesita ser humilde y la humildad es interpretada como debilidad; el que se enamora pierde es un dicho muy popular, entonces no queremos perder ,no queremos ser frágiles y preferimos no amar.


Cuando no queremos romper ese primer encanto, ese primer espejismo, nos mantenemos en una relación que se alimenta de la carencia mutua de ambos amantes, cada quien se enamora de su falta puesta en el otrx; así ambos amantes se nutren el uno del otro como un par de vampiros emocionales. La cura por el amor y el costo de esto es una dependencia invalidante, es lo que actualmente llamamos las relaciones tóxicas que parece ser que están muy de moda. Necesitamos amar sin dependencia, sin déficit, sin la idealización del otrx


¿Cómo se puede amar así? Para dejar de ver en el otrx lo que me falta a mí, debo verme a mí mismo, debo reconocer mi propia falta, de esa forma no me relacionare con el otro por dependencia, pero este es un proceso muy doloroso porque nos toca reconocernos incompletos, reconocer que somos muy frágiles y entonces mejor preferimos seguir auto engañándonos, mirándonos en falsos espejos que podemos cambiar cada vez que se rompen.


¿Cuántos espejos has cambiado en tu vida?¿Cuál es tu espejo ideal? ¿Estás cansadx de cambiar y cambiar espejos porque todos se rompen muy rápido?


Tal vez esto pasa porque no la pasamos mirándonos en el espejo equivocado. Mirarse hacia adentro puede recatarnos de la sed insaciable que producen las ansias de satisfacer la falta.

Amar es una odisea inimaginable, quien no amado no ha vivido, dicen muchxs ¿Será verdad?


Puedes contactar a John en su cuenta de IG @john_psicologo


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